domingo, noviembre 19, 2006

El verseador Diamantino


Siento que a veces es necesario ver las cosas desde diferentes perspectivas para realmente comprenderlas o arañar aunque sea desde lejos algunas realidades tan ajenas a nosotros que rara vez pueden tocarnos la pelusa de la barba.Detenernos un instante , un pequeño instante y ver en esos ojos , en ese caminar , una vida , un golpear puertas , un llorar en la oscuridad, un puñal bajo la manga. Ahora , la cuestión es , si se me permite, las restricciones que uno tiene a tal variedad de dichas perspectivas. Yace el problema en que uno no puede decidir donde va a estar a tal día , a tal hora , en tal lugar , donde ese pequeño resquicio de realidad va a ocurrir.La linealidad es un aspecto que pocas veces puede ser detenido o alterado para obtener el otro lado del prisma, otra arista. Me siento privilegiado , por ende , en ocupar una posición en la cual puedo ver desfilar un sinfín de humanidades , de diferente proveniencia , razón social , valor moral , nicho socioeconómico , etc. Este abanico frente a mis ojos avizores me permite ( o por lo menos eso es lo que intento hacerme creer) establecer ciertas comparaciones a medida que el mismo abanico repite patrones de cuando en vez.
Sería pretencioso elaborar una especie de clasificación teniendo en cuenta la gente que veo día a día. Pero sí voy a señalar ( y aquí creo que nos acercamos al meollo de la cuestión) un tipo de persona que he notado perpetuarse de manera frecuente, primero despertando en mí cierta inquietud y luego una definitiva indignación.
La gente que tiene mucha plata (y cuando digo "mucha plata" me refiero a "MUCHA PLATA") es mala gente. Sé que no es correcto caer en generalizaciones cuando luego uno va a dar un ejemplo que de ninguna manera va a poder justificar tal generalización , pero esta vez me quiero dar el gusto.
Siempre que presencio a una persona asquerosamente adinerada y es por ese asco que uno se da cuenta cuando lo es , me permito dudar de los medios para llegar a tal condición. No veo en sus ojos los años de trabajo duro en el campo , ni en sus manos el frío del puerto en las madrugadas. Podrán refutar que quizá el dinero lo hizo con la cabeza , haciendo buenos negocios , invirtiendo. Quizá . Pero en su cabeza solo veo una grasitud mezclada con gomina y el desdén que sus ojos despiden no hace más que confirmar mi teoría. Este hombre pisó a mucha gente para llegar a donde llegó.
Mientras intento ocultar la mueca de repulsión que produce este licenciado de la corrupción en mí , intento imaginar como serán aquellos que algunas depositaron sus esperanzas en seres tan viles y desalmados como el que tengo enfrente mío en ese mismo momento.
A pesar de que afortunadamente gozo de cierta creatividad cuando la oportunidad lo amerita , no logro hacerlo de momento y continúo con mis vicisitudes laborales. Pero sólo pasan un par de minutos para que mi creatividad no concretada se haga trizas contra tan tangible imagen frente a mis pupilas. Tras la puerta vidriada , del lado de afuera del hotel , camina desorientado un individuo muy peculiar. Solo cuando se decide a ingresar al recinto puedo realmente verlo con claridad.
Es una persona de avanzada edad , y avanzada miseria. Sus huesos sobresalen de su macilenta piel y su precario ropaje fracasa en ocultar su deplorable condición. Lleva consigo un par de bolsas deterioradas y un pequeño bloc de notas , el cual hojea intespestivamente en busca de vaya uno a saber qué. Dubitativo y al mismo tiempo curioso, el hombre se acerca al mostrador.
Tiene dificultades para hablar y un hilo de baba cristalina intenta escaparse de la comisura de sus labios. Entre balbuceos y ademanes arbitrarios puede distinguir los vocablos "reunión" , "a las 7" y la sorpresiva buena pronunciación del trademark "Herbalife". Le indico que sí que la reunión de Herbalife es aquí , pero que son las 4 de la tarde y que la reunión es a las 7. El hombre extiende su mano y me entrega un pequeño papel que familiarmente reza: ¿Quiere ganar mucha plata , trabajando poco? Pregúnteme cómo.
Le vuelvo a indicar el supuesto horario de tal reunión y le digo que si quiere puede esperar en el lobby . Aparentemente contento con la explicación , el individuo se sienta en uno de los sillones cercanos a la televisión , no sin antes preguntarme si le puedo guardar sus pertenencias en la recepción.
El tiempo pasa y me olvido de este hombre. Sigo haciendo mis cosas pero al pasar cerca de los sillones lo veo nuevamente. Al principio creo verlo mirando la televisión , pero al mirar detenidamente me doy cuenta de que el hombre se ha quedado dormido sentado. Finalmente ese hilo de baba ha escapado para no volver. Siento una cierta lástima por él y creo un buen gesto acercarle un vaso de agua fresca. Lo despierto y se la doy. Sigo con lo mío.

Podría seguir con el relato y contarles que luego llegaron muchas más personas de similares características , atraídos por esta organización sin escrúpulos, esta organización que sin miramientos estruja la ilusión de los más indefensos.Pero no voy a hacerlo , porque quiero quedarme con lo bueno , con lo lindo que pasó. Quiero olvidarme de que a este hombre seguramente le hicieron creer que su miserable vida se iba a acabar y que iba a poder comprarse ropas nuevas. No iba a tener que vestir vergonzosamente un raído buzo celeste con inscripciones de "iron maiden". Volvería a ver a su familia , volvería a esos buenos tiempos donde no era necesario pedir caramelos en un hotel , porque es lo más cercano a una comida que podría tener. Quiero olvidarme de que Chiquito Chá probablemente haya usado los pocos billetes que sus pantalones pudieron guardar para que un pelado de traje y mirada lasciva le ponga gasolina a su Mercedes. Quiero , por el contrario , acordarme del momento en que Chiquito Chá, luego de llevarle el vaso de agua , se acercó a la recepción con su bloc de notas y con extraña impronta empezó a garabatear con su humilde pluma lo que a continuación voy a transcribir :

A los señores del Riviera
Toda gente de primera
Le hago este verso primavera
Con especial cordura
Y que en la gente perdura
Ustedes no ofrecen usura
Sino toda bondad
Y suma humildad
Un hotel de 6 estrellas
Y no hay contra ello querella



Chiquito Chá
El verseador Diamantino
Con alma y sangre de niño

2 Comments:

Blogger Samborita Khayatte said...

Si! post nuevo! este me desconcertó.. fue un giro magistral de cintura.. cuando me había acostumbrado a odiar a la gente de MUCHA PLATA, me aparece un viejo con baba? ah no! vercesi! ah no! igualmente, quiero comentar que el haberle acercado un vaso de agua a un sr poeta, fue una acción que rompió con la linealidad. fue verlo desde una arista que habías olvidado de tanto pelear con la vida (por vida se entienden profesores, colectiveros, viejas en colectivo, obvio)y está bueno. Y permítame disentir señor, -y ya lo dejo en paz- que no todos lo que tienen MUCHA PLATA son escoria... hay algunos buena gente con buena suerte (que en definitiva, quizás no sean felices.. entonces? les sirve?). Y... esta vez sí termino, quiero dejar constancia de que si alguna vez me cruzo con un viejo con "un raído buzo celeste con inscripciones de iron maiden"; lo adopto. hasta luegoooooo!

11:24 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

pero que viejo pelotudo ese chiquito cha, jejeje, vive ladillando en la hendija, tipico idolo de los comunistas mugrientos y soñadores pedorros que se llenan en la hendija, a ver si hacen algo enserio, dejen las estupideces hippies que no llevan a nada.
Aguante videla

3:55 p. m.  

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